viernes, 21 de diciembre de 2012

13-04-2012 Camino de Santiago-Vía de la Plata. Casar de Cáceres-Carcaboso

Segundo día del Camino. Desde las seis de la mañana se oye a los peregrinos, levantarse y prepararse para la ruta. Nosotros aguantamos un poco más en la cama y cuando parece que ya no queda casi nadie en el albergue, decidimos nosotros tambien levantarnos y ponernos en marcha. Y así, tras equiparnos la ropa de la bici y el aseo, iniciamos el ritual de todas las mañanas de recoger todo en bolsas y estas a las alforjas. Desde la ventana del albergue parece que va a hacer un buen día, confirmándolo despues cuando bajamos a la calle. Día soledado, fresquito pero sin viento.
Comenzamos a pedalear por la localidad en dirección norte por la calle Larga Baja, dejando a la derecha, a la salida del pueblo la Ermita de Santiago. Pasando al lado de  unas placas solares iniciamos una leve subida que finaliza a la altura de una construcción circular que aloja el Centro de Interpretación de Vías Pecuarias. 


 Echamos un último vistazo a Casar de Cáceres..


... y continuamos por una pista ancha y llana pista..


... que en suave descenso, hace que el pedaleo sea más fácil, algo que se agradece a primera hora de la mañana.
A lo lejos ya se divisa el Puerto de los Castaños, que tocará afrontar hoy, distinguiéndose tímidamente Cañaveral, en la falda de la sierra.




 Tras pasar al lado de una vaquería y del camino de acceso al Embalse del Cordel, el camino se hace más estrecho y con más arena en el firme.
Una vez pasada la entrada de la finca La Higuera, a la derecha observamos un grupo de miliarios.


A partir de aquí, en varias ocasiones, hay que ir abriendo y cerrando portelas de las fincas, algunas con letreros un tanto peculiares.


Un poco más adelante, a la izquierda y tras una alambrada, con encontramos con una sorpresa; un depósito de miliarios, no sabiéndose el porqué de la presencia de tantos de éstos en este lugar.



Continuamos camino y dentro de un cercado de la finca Cumbre Oscura, comenzamos a pedalear sobre un tramo de la calzada romana muy bien delimitada.


Continuamos por la zona de la Condesa y Los Baldíos, haciendose la bajada más pronunciada, y desde donde se empieza a vislumbrar el Embalse de Alcántara.


 A la altura del acceso a las obras del AVE, nos desviamos a la izquierda bajando hasta la carretera N-630. Por ésta y en rápido descenso llegamos al puente sobre el Río Almonte, desde el que se observa, inundado por el pantano, la torre del Castillo de Floripes...


... y un poco más adelante la estación de ferrocarril de Río Tajo...


...llegando a continuación a otro puente, éste sobre el Río Tajo. Continuando un tramo más por carretera, tras una breve subida, el camino sigue a la derecha, a la altura del désvío del albergue de peregrinos, que se encuentra a la derecha tras una bajada. A partir de aquí una fuerte pendiente con el suelo de roca nos obliga a empujar las bicicletas, parando poco después a tomar algo de alimento, obsevando desde este lugar una bonita panorámica del embalse.



Tras el refrigerio, continuamos subiendo bordeando el Cerro Garrote, hasta que el camino se hace más llano y facil de pedalear.
 Por esta altiplanicie desde la que se observa Cañaveral y la subida al Puerto de los Castaños, seguimos por una camino rodeado fincas de ganado y jaras, y como no, guiados por la flecha amarilla pintada sobre cualquier elemento. El camino, en buen estado, a veces se hace dificil por la gran cantidad de piedra suelta y las obras del AVE que obligan a hacer un desvío por debajo de las mismas, por un lugar que con toda seguridad estará anegado por el barro y el agua en época de lluvias; prueba de una de las muchas agresiones que sufre el camino y en el que no se dan alternativas viables.





Disfrutamos del aroma de las jaras hasta un desvío que nos da la opción de seguir por le estación de ferrocarril o continuar el camino por una bajada que nos acerca a Cañaveral a través del puente medieval de San Benito; escogiendo la segunda opción.







Tras atravesar el pueblo llegamos a una rotonda...


... y continuamos por la carretera hasta el desvío por la Ermita de San Cristobal, en el que se plantean nuevamemte dos opciones. La primera, siguiendo por camino, pero con algunos tramo incómodos, en mal estado y con bastante pendiente, en los que será necesario empujar la bicicleta.


La segunda opción, continuar por carretera. Volvemos a escoger la segunda y comenzamos a ascender por carretera, culminando a la altura de una rotonda en la cual hay una representación de la calzada romana y un miliario.





Aquí abandonamos la carretera continuando por el aparcamiento de un club, y por una portela accedemos a la zona conocida como Valle de los Muertos. Aquí atravesamos una dehesa de alcornoques, encinas, jaras y arroyuelos, hasta un desvío señalizado a Grimaldo, población a la que accedemos por una fuerte pendiente.













Algo que nos llamó la atención durante todo el trayecto hasta Grimaldo, fué el hecho que no vimos a ninguno de los peregrinos de a pié que habían pernoctado en el albergue de Casar de Cáceres. Nuestra sorpresa fué mayúscula al llegar a Grimaldo y en el bar de la asociación de vecinos, observamos a algunos de los peregrinos de a pié que no habíamos visto por el camino. ¿Y como podían llegar antes que nosotros?. Muy sencillo, la respuesta la dió un peregrino holandés, que nos dijo que habían llegado hasta allí en autobús. Cuando nosotros llegamos a Grimaldo, el albergue, que se encuentra al lado del bar, estaba ya completo. A nosotros nos daba igual la forma en que cada uno hace el camino; allá ellos si se quieren engañar o quieren engañar a los demás. Lo que no nos daba igual es que llegues a un albergue y que se encuentre completo por peregrinos que han llegado en autobús, taxi o tren y encima los peregrinos de a pié tengan preferencia sobre los bicigrino;, porque la bici no se mueve sola y dar pedales cansa y en ocasiones bastante. Está claro que para un peregrino a pié es más dificil ir hasta el siguiente albergue en busca de plaza que para un bicigrino, y más en la Vía de la Plata, donde las distancias entre albergues a veces son considerables y más asequibles en bicicleta, pero en nuestra opinion es bastante injusto llegar al albergue, y tener que buscarte la vida a causa de esto pseudoperegrinos, ya sean a pié o en bicicleta, que también los hay.
Tras esta cuestión, y como nuestra intención era continuar hasta Galisteo si no había problema, decidimos comer en el bar, el cual está regentado por Adela, que es además, la hospitalera del albergue. Un par de claritas fresquitas y un plato combinado, sellado de la credencial y continuamos camino.



Tras despedirnos de Adela, que además es tía de uno de mis compañeros de trabajo, seguimos por la carretera hasta el desvío hacia Holguera. Aquí es donde el viento se empieza a mover, haciéndolo de cara, aumentando poco a poco de fuerza. Tras coger la carretera de Holguera y pasar bajo la autovía, nos desviamos a la derecha.
Y así, entre vacas y ovejas, vamos abriendo y cerrando portelas por la Dehesa de Grimaldo, aunque alguna de las portelas están pidiendo un cambio. El cielo poco a poco se va nublando y en los sitios menos protegidos el viento comienza a azotar de frente con fuerza.










Durante este recorrido, observamos tambien otra peculiaridad, que va unida a los caminos de peregrinación, y es el continuo desvio del camino original hacia otros sitios de paso por motivos económicos, ya sea modificando, alterando o incluso destruyendo la señalización del mismo. En este caso, había señalización de desvío por Carcaboso, al parecer patrocinada por una casa rural. Este hecho, que aparta a los peregrinos del camino, puede inducir a error y a que alguno de estos se pierda en medio de semejante dehesa, y por consiguiente antes de realizar el camino es importante informarse bien del recorrido del mismo y de estos tramos falsos, ya sea a través de foros de internet o de personas que ya lo hayan finalizado. No será la última señalización equívoca que veremos a lo largo del camino.
A partir de Cerro Cabildo, el camino continua en bajada, comenzando a divisar el Embalse de El Boquerón o de Riolobos. Y ¡¡¡mierda!!!, al parar para hacer unas fotos, me doy cuenta que he perdido el saco de dormir, y a saber donde. Ayer perdí la antena bluetooth del GPS y hoy el saco de dormir. Como siga a este paso, llego a Santiago con el manillar de la bicicleta y poco más. Por si acaso, vuelvo andando hacia atrás por si había caido cerca, pero después de caminar un buen trecho decido volver y de momento arreglarmelas como pueda sin saco hasta que pueda conseguir uno.




Tras pasar al lado del embalse y atravesar un arroyo, que por suerte lleva poca agua, llegamos a la carretera que conecta la carretera N-630 con Carcaboso. La seguimos hacia la derecha hasta la entrada a la finca Valparaiso, finca la cual atravesamos con cuidado de seguir las indicaciones de los hitos, hasta que llegamos a un canal de riego. Desde lo alto de la finca ya empezamos a divisar Galisteo.




En bajada alcanzamos un canal de riego que seguimos a la derecha durante un kilómetro aproximadamente y a la altura de una finca donde se prohibe el paso por una cuestión de servidumbre de paso que aún está en litigio, aunque con letra más pequeña alguien ha grabado que está permitido el paso a peregrinos, nos introducimos en la finca pasando entre varias naves, realizando por la misma un corto trayecto en el que empezamos a observar la dedicación de estas tierras al ganado, por la cantidad de fincas con verdes praderas que nos rodean donde quiera que miremos.



Tras abandonar la finca, continuamos camino y por un pequeño puente atravesamos el Arroyo de las Monjas, desde el cual observamos la curiosa escena de varias vacas pastando acompañadas de un cerdo, con el que los terneros corretean y juegan.



Un poco más adelante, nos encontramos con una bifurcación en el camino. O nos desviamos hacia Galisteo o continuamos hasta Carcaboso siguiendo el trazado original de la calzada. Elegimos la segunda opción después de llamar al albergue de la Sra. Elena y confirmar que tiene plazas libres y nos las reserva hasta nuestra llegada.
Realiza esta gestión pasamos al lado de San Gil, localidad muy próxima a Galisteo...




... y tras cruzar la carretera EX-108, empezamos a pedalear sobre un camino de servicio de la Confederación Hidrográfica del Tajo, que alguien tuvo la ingeniosa idea de construirlo sobre la calzada original. Durante el trayecto a Carcaboso, en el que el aire en contra y el cansancio empiezan a hacerse notar, dejamos a la derecha la localidad de Pradochano...








y rodeados de praderas al aproximarnos a Carcaboso en cuando podemos tomamos un camino de tierra que nos acerca al pueblo. La lluvia, que no había hecho acto de presencia en todo el día, nos sorprende con fuerza a muy poca distancia del pueblo, por lo que paramos un poco a resguardo.


Poco tiempo después, cuando la lluvia remite un poco, nos ponemos de nuevo en camino y tras cruzar el Río Jerte, entramos en Carcaboso.



Pero antes de llegar al albergue, nos acercamos a un supermercado para realizar unas pequeñas compras, con una fachada muy peculiar.


Tras las compras, por fin llegamos al albergue, donde la Sra. Elena y su hijo nos están esperando. Tras dejar las bicicletas, nos acomodamos en una habitación para nosotros dos solos, cortesía de la Sra. Elena. Ducha, paseo, cervecita que hidrata mucho, cena y a la cama temprano.



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