En esta ruta pedaleamos por parte de la Vía de la Plata desde Casar de Cáceres para después dirigirnos hacia el Santuario de Alta Gracia y volver a Casar de Cáceres.
Tras el tiempo revuelto que nos acompañó en la ruta del día anterior por Los Barruecos, el día amanecía fresquito, pero con pocas nubes y algo de viento.
Salimos desde Casar de Cáceres con la intención de seguir un tramo de la Vía de la Plata. Como está bién señalizado, atravesamos sin problemas la población, saliendo de la misma a la altura de la Ermita de Santiago. Continuamos de frente y afrontamos un pequeño repecho, al final del cual vemos una construcción circular que aloja el Centro de Interpretación de Vías Pecuarias. El camino de tierra tiene un buen firme durante todo el trayecto hasta la N-630 y con un perfil llano con tendencia a la bajada por lo que presenta poca dificultad.
Continuamos sobre el trazado romano original transitando entre paredes de piedra y observando a lo lejos el puente de la autovía A-66 a su paso sobre el Río Almonte.
Además de tener una bonita vista sobre la Sierra del Arco y la Sierra de Mirabel, el paso entre ellas por el Puerto de los Castaños y la población de Cañaveral.
Continuamos camino, encontrándonos en el márgen derecho con varios miliarios romanos a la altura de la finca La Higuera, y más adelante, sobre el margen izquierdo, con un cementerio de estos.
Abrimos varias portelas de las fincas, con la precaución de cerrarlas después, algunas con inscripciones un tanto curiosas.
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| "Cierren la puerta gracias por fafor" |
Tras esta última nos encontramos con un tramo de la calzada original.
Con un perfil de bajada más pronunciado, vamos ganando kilómetros hasta que nos encontramos con las obras del AVE y un desvío señalizado que nos llevará hasta la N-630, donde abandonamos el trazado del camino de peregrinación a Santiago de Compostela por la Vía de la Plata y nos encontramos con la señalización del Camino Natural del Tajo.
Nos desviamos a la izquierda por la N-630, pasando sobre las vías del tren y posteriormente nos desviamos a la derecha, y tomamos la carretera a Garrovillas de Alconétar.
Seguimos por asfalto un kilómetro y medio, y tras una curva a la izquierda, abandonamos la carretera por un camino que sale a la izquiera, con tendencia a subir con algunos tramos llanos. Seguimos entre fincas de ganado, encontrándonos con un crucero, hasta un repecho que nos lleva hasta el Santuario de Alta Gracia.
Nos encontramos a la llegada con el encargado del templo que nos invita a visitar el mismo, acompañando también la pareja de hijos de éste.
Después de la visita, damos cuenta de sendos bocadillos mientras los niños nos cuentan sus andanzas, los pobres deben aburrirse mucho allí, y admiramos el paisaje desde el santuario.
Tras la animada conversación, decidimos continuar, encontrándonos con una sorpresa; las ruedas de las bicicletas estaban llenas de abrojos o abreojos, en número de 25 o 3o en cada una (no exageramos lo más mínimo). Era hora de comprobar si el líquido anitpinchazos que nos habían puesto en bicicletas Pelín funcionaba. Y vaya que si funcionó; según quitabas los susodichos abrojos, el pinchazo se sellaba al momento, sin pérdida de presión en la rueda.
Una vez solucionado el percance, continuamos con la ruta por un camino que sale enfrente de la puerta del santuario, ya que si seguíamos a la izquierda de la entrada saldríamos al poco tiempo a la N-630.
Seguimos transitando por buenos caminos, guiados por el GPS, y llegamos a una zona de casas delimitadas con paredes de piedra.
A la altura del Santuario de la Virgen del Prado, nos desviamos a la derecha y después la izquierda, para tomar el Camino de Navas del Madroño a Casar de Cáceres.
Seguimos todo recto, sin pérdida posible, atravesando primero las vías del tren y después, con cuidado la N-630. Tras una pequeña subida hasta la Ermita de la Encarnación, enfilamos hacia Casar de Cáceres por una buena bajada que nos lleva a la Laguna del Casar, y de allí, a nuestro punto de partida.
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